martes, 19 de marzo de 2013
miércoles, 6 de octubre de 2010
... la cabeza
todas las locuras,
su boca que besa
borra la tristeza,
calma la amargura………..
todas las locuras,
su boca que besa
borra la tristeza,
calma la amargura………..
viernes, 10 de septiembre de 2010
LOS sueños PROHIBIDOS
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Tierra, madre...ABUELA
Los huesos huelen a tierra, los huesos huelen a la tierra en la que se fraguó el alma de las personas, su aliento, la luz de sus ojos al alzar la vista al azul del cielo bajo el que se nace.
El aire que llena tus pulmones en el primer resuello de vida es el que expiras en tu último soplo vital… esa brisa se alberga dentro de tu alma, elevándola en su viaje cada vez que con añoranza vuelves en sueños a la tierra que te vio nacer.
Yo nací prácticamente en tus brazos… de ti me hice, de tu alma me alimenté y con la descripción del azul de tu lejano y añorado lugar, la luz de tus ojos que se va perdiendo vivirá toda mi vida conmigo, tranquila que no se irá contigo al olvido, sino que prometo cuidar de todo aquello que a través de mis ojos verás desde lejos, cuidaré de no manchar el azul con el que me meciste en tus brazos.
Cuando llegue el momento, sabrás no olvidar jamás estas palabras:
Donde las voces olvidadas gritan,
donde el leve rumor de tu voz al son de aquella nana aún resuena,
donde las melodías de las cajitas de música duermen
entre los suspiros
de aquellas condenadas a la vida de la desdichada realidad…
a pocos milímetros sobre la línea difusa entre asfalto y leve aleteo de una mariposa…
te sonreirá por siempre mi alma.
domingo, 15 de agosto de 2010
porque la vida cambia
Todo esto viene a resumir que aún te quiero con el alma, y lo complicado del alma, es que no solo duele como el mero y a veces simple corazón, es que el alma araña y acongoja como dije antes… eso quita muchos sueños…
Te mando un beso tan enorme como el que espera a darse a través de millones de recuerdos a través de los años y un futuro “hola” en una dimensión completamente distinta a la de hoy, un hola hueco y estúpido, pero del cual solo me quedaré con una sonrisa feliz…
Espero conocerte de nuevo, porque si he de recordarte, prefiero invitarte a la despedida.
miércoles, 11 de agosto de 2010
tú
Pero el problema es que cuanto menos lo pienso,
la puta realidad se encarga de escupirme en la cara
y recordarme que llegaste a mi vida
para que desempolvara esa parte amada y caprichosa
de mi propio yo del que tristemente iba a prescindir
para deambular por la vida.
martes, 10 de agosto de 2010
...de vuelta
De vuelta a la realidad
Siempre me ha sido más difícil escribir sobre la felicidad que la tristeza, de hecho es que en poquísimas ocasiones la alegría ha creado en mí la necesidad de hacerlo…
Supongo que no soy especial ni un caso aislado, sino que es un mal de nuestro tiempo, un tiempo que vende a raudales píldoras como panacea de la propia dicha que ansiamos encontrar cada día.
Aplicando psicología como remedio a ello, (volvamos a los remedios) debemos tomarnos la búsqueda de la felicidad como un largo camino en el cual el propio paso y recorrido es el producto final, aplicarnos esas frases hechas de “no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”, o “la salud es lo más importante”, etc… Por no recordar a nuestros abuelos, los eternos anclajes al mundo terrenal para nuestros etéreos cocos, recordándonos aquellas épocas en las cuales estrenar zapatos era un acontecimiento en un largo periodo de su niñez o juventud, no solo cuestión de cambio de temporada.
¿Será cierto aquello del “pobre niño rico”? Posiblemente, muy posible.
Nos han vendido que aquello es mejor que eso otro anterior, nos han lavado el cerebro con aquello de ”renovarse o morir”, han manipulado nuestras propias aptitudes ante la vida… Como dice Gramsci “el pesimismo es asunto de la inteligencia y el optimismo, de la voluntad”, como agnóstica creo en el ser humano por encima de todas las cosas y en su propias capacidades, por supuesto creo en su inteligencia como máxima, pero también amo su humanidad y sus defectos, y en sus defectos muy a menudo reside la voluntad o mejor dicho la falta de ella…
¿Podría ser que a veces es nuestra propia voluntad la que nos hace ser seres infelices? (Salvando siempre las distancias, contemos con que hay hechos y desgracias en la vida que están fuera de todo control humano y son verdaderas fuentes de infelicidad) ¿Podría ser que creamos en nuestra voluntad defectuosa una aptitud autocompadeciente y egoísta? Si reflexiono un poco he de reconocer que no solo soy consciente de mis problemas cuando hablo sobre ellos, sino que también lo soy cuando los comparo al escuchar los ajenos, y son de nuevo los míos propios los que salen a la superficie para igualarse o superar a los de mi interlocutor, no creo que solo me ocurra a mí, sino que eso se llama conexión y ese hecho es necesario para que ambas personas forjen una relación común, pero ¿qué me decís de la frase “si juntamos tu soledad y la mía, qué obtenemos dos soledades o la ausencia de ella?” y reflexiono: cuando encontramos otra soledad, otra desgracia, otra voluntad defectuosa ¿somos conscientes de la dicha que puede suponer ese hecho, o somos conscientes de lo pasajero y caduco que es ese sentimiento confortable? ¿Es la amistad / amor como un helado recién abierto? ¿Hemos de seguir emocionándonos ante ese hecho incluso teniendo grabados a fuego las experiencias anteriores que nos demuestran que se aproxima a la ilusión y lo transitorio finalmente?... Entonces en definitiva ¿Con qué nos encontramos con dos soledades acompañadas? ¿Con dos soledades que compartirán un camino más o menos corto?
La felicidad tiene un aura demasiado inquebrantable y luminosa, incluso engañosa, y no digo que sea el propio concepto de la felicidad quien lo tenga, sino la visión de la supuesta felicidad que nos han vendido y que difícilmente a ese nivel lleguemos a conseguir.
Con esta reflexión y “de vuelta a la realidad” hoy me encuentro en que a veces hay que asesinar a la inteligencia para obtener algo de voluntad y luchar por la felicidad, o en muchas ocasiones hacer un simple pero difícil esfuerzo en ser más tolerantes, empezando con uno mismo. Y sí, la felicidad se encuentra en el camino, y en el camino cambia el paisaje, las piedras, unas veces hay agua, otras sequía, unas veces encuentras caminantes y otras veces te tocará acampar a su ladera a solas…
Como el muy sabio refranero popular dice, y como manchega que soy, añadiré para terminar aquello de: “Mañana será otro día”.